SUPER MARIO 64

Publicado: 02/11/2011 de Polar en "25 años con Mario", Nintendo 64, Plataformas

10/10 «Una aventura de mucho más de 5 estrellas»

Y es que la primera incursión de nuestro querido fontanero en las 3D solo puede catalogarse como sublime, una obra maestra del género plataformero que fue puesta a la venta en el año 1996 en Japón como uno de los títulos que acompañaron el lanzamiento de la Nintendo 64, aunque no llego a nuestros estantes hasta Marzo del año siguiente. El juego se desarrolló en apenas dos años, pero Shigeru Miyamoto ya había pensado en un juego en 3D cinco años antes, y se pensó el lanzarlo en la SNES mediante la utilización del chip Súper FX, pero las limitaciones de este sistema lo impidieron. Sin embargo, Miyamoto continuó desarrollando los conceptos del juego y nunca deshechó la idea.

Como pasó en su momento con Super Mario Bros y las 2D, Super Mario 64 supuso un gran impacto para los juegos de plataformas en 3D, fue una auténtica revolución que influenció lanzamientos posteriores durante años y aún hoy se le considera uno de los títulos pioneros de los entornos 3D en general.

El argumento, como en la mayoría de los juegos de Mario, es muy sencillo. Mario recibe una carta de la Princesa Peach en la que invita a Mario a su castillo a tomar tarta. Cuando Mario llega, los Toad sirvientes de la princesa le cuentan que Bowser ha invadido el castillo y encerrado a la Princesa y a los demás sirvientes dentro de él usando el poder de las estrellas del castillo. Muchas de las pinturas del castillo son portales hacia otros niveles, en los que los secuaces de Bowser custodian las estrellas. Mario debe buscar los portales y entrar a ellos para recuperarlas.

A pesar de tratar de mantener los elementos característicos de la saga, el paso de las 2D a las 3D provocó una serie de cambios en la forma de avanzar por el juego, transformando los clásicos niveles en los que el objetivo era avanzar hasta llegar a la meta, en vastos entornos tridimensionales en los que debíamos encontrar estrellas (120 en total, repartidas a razón de 7 en cada uno de los 15 niveles, y 15 escondidas en el mapa principal desde el que accedes a dichos niveles y que sirve también para practicar los controles) realizando múltiples y variadas misiones, que podían incluir la derrota de algún enemigo poderoso, coleccionar una cantidad de monedas, resolver puzzles, competir en una prueba de velocidad, o incluso ¡rescatar a un

pingüino!, enfatizando como nunca antes el componente de exploración, obligándonos en ocasiones a barrer hasta el último rincón de un nivel en busca de esa escurridiza estrella que nos falta, por lo que la duración del juego era bastante elevada si buscábamos completarlo al 100% (solo 70 estrellas eran necesarias para llegar a la batalla final.)

La curva de dificultad estaba perfectamente ajustada, haciendo que obtener las primeras estrellas fuera poco mas que un tutorial para acostumbrarnos a los nuevos controles, pero llegar a conseguirlas todas se convirtiera en un auténtico reto para los más expertos, una característica propia de los juegos de Mario (un jugador principiante puede completar la historia, pero solo un jugón experimentado puede afrontar todos los desafíos posteriores). Se añadió también un nuevo sistema de energía/aire y nuevas habilidades ofensivas para Mario, además del clásico salto, para hacer la aventura mas variada y sencilla. Los clásicos power-ups también fueron sustituidos, en este caso por gorras, que otorgaban a Mario invencibilidad, invisibilidad, o la capacidad de volar durante un tiempo limitado, imprescindibles en ocasiones para recoger alguna estrella en concreto o acceder a ciertas zonas. Además, recuperar energía era tan simple como recoger algunas monedas, y encontrar vidas extra no era excesivamente difícil.

Los gráficos eran un perfecto ejemplo de la potencia de los 64 bits: entornos en 3D poligonales, muy grandes, complejos y coloridos, un diseño cuidado de los personajes, muchos elementos con los que interactuar… todo era único, fácilmente reconocible, y con esa gracia especial que solo se puede encontrar en un título de Mario. El sistema de cámaras, uno de los elementos del juego que más tardaron en implementarse debido a su complejidad, nos permite cambiar entre una distancia media o cercana a Mario en algunas zonas, mientras que en otras presenta un plano fijo, sobre todo en aquellas zonas en las que se da mas prioridad a avanzar por el nivel que a la exploración (enfrentamientos con Bowser).

La música estaba compuesta por el mítico Koji Kondo, responsable de casi la mayoría de las melodías incluídas en la saga de Mario, utilizando material nuevo casi en su totalidad, y algunas melodías de juegos anteriores reeditadas. También se incluían muchos sonidos para los enemigos, como gruñidos o risas, y fue uno de los primeros juegos en incluir actores de voz para Mario, Peach y Bowser (Charles Martinet, Leslie Swan, Issac Marshall). Todos estos elementos componían un apartado sonoro divertido y desenfadado, que nos hacía recordar fácilmente las alegres melodías, y nos arrancaba una sonrisa con la graciosa voz de Mario.

Todos estos elementos unidos conformaron uno de esos títulos que nunca te cansas de volver a jugar, un objeto de coleccionista imprescindible en la memoria de cualquier jugador, un hito en la historia de los videojuegos, con más de 11 millones de copias vendidas que avalan su indiscutible calidad. Si tuviste la suerte de poder poner tus manos en él, enhorabuena, sino te recomiendo fervientemente que te hagas con él.

comentarios
  1. Polar dice:

    Soy de tu misma opinión Luis, de hecho la primera vez que jugué este título lo dejé a un lado porque no terminaba de acostumbrarme a los cambios, pero una vez lo retomé pasado un tiempo descubrí una de las mayores joyas que he visto en mi vida. Como ya he mencionado en la crítica un juego que todo el mundo debería probar. Me alegro de que hayas rememorado buenos momentos como yo con esta crítica, ¡Gracias por seguirnos y comentar!

  2. Luis dice:

    Que grande fue y será siempre este juego, lo cierto es que recuerdo que la primera vez que lo ví no me gustó el cambio de cámara ni el tipo de juego, pero una vez te ponías con el, era una adicción constante.

    Momento nostálgico me ha dado al leer esto ahora 😛

  3. Vicente dice:

    Acertadísima crítica de este título, como casi todas las que hacéis. Seguid así.

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