Archivos de la categoría ‘Nintendo Entertaintment Sistem’

7/10 «Esta aventura me resulta familiar»

En ocasiones, los juegos nacen como una simple estrategia comercial, lo cual no tiene porque repercutir, ni para bien ni para mal, en la calidad del producto final. Sin embargo, raras son las ocasiones en las que un título sirve para tal fin por partida doble. Yume Kojo: Doki Doki Panic, es uno de estos raros títulos. Tal vez no lo conozcas, pero si eres seguidor de Nintendo desde los tiempos de NES o SNES seguro que lo has visto y puede que hasta jugado aún sin saberlo.

El concepto original de Doki Doki Panic era un juego de plataformas al mas puro estilo Mario, pero con ciertas mejoras y un modo cooperativo en el que 2 jugadores pudiesen interactuar entre sí. La idea sin embargo fue considerada poco divertida por los desarrolladores y el título quedó suspendido. Poco tiempo después, con motivo del evento televisivo nipón Yume Kojo ’87  (el cuál servía para promocionar varios shows de TV del momento y otros productos) Fuji TV y Nintendo acordaron el lanzamiento de un juego con la familia-mascota del evento como protagonistas: Imajin, Lina y sus padres Papa y Mama. Así se recuperó el proyecto y Doki Doki Panic salió a la luz en Julio de 1987 para la Famicon Disk System (periférico de la consola NES que nunca salió de Japón) eso sí, como un juego de plataformas de 1 sólo jugador.

En Doki Doki Panic, nuestra misión es rescatar a dos niños atrapados dentro de un mundo de fantasía que se encuentra en un libro de temática árabe. Debemos completar cada una de las fases con los 4 personajes (cada uno de ellos con sus diferentes habilidades) para completar al 100% el juego. Tras este sencillo planteamiento comenzamos a jugar, y si nunca oíste hablar de este juego antes de jugarlo por primera vez te llevarás una gran sorpresa:

Historia aparte, ¡el juego es idéntico a Super Mario Bros. 2! y es que, como bien mencioné antes, el juego sirvió para un doble propósito comercial: cuando se desarrolló el auténtico Super Mario Bros. 2 (conocido aquí y en USA como Super Mario Bros: The Lost Levels, que solo vió la luz en nuestras tierras como uno de los títulos incluidos en el remake para SNES, Super Mario All-Stars) el equipo directivo de Nintendo lo catalogó como «poco innovador con respecto al Super Mario original» y también «demasiado difícil», creyendo así que lanzar ese título fuera de sus tierras sería una estrategia comercial poco acertada con la que perderían millones. ¿La solución? Transformar uno de sus títulos poco conocidos en el extranjero (pero parecidos al mismo tiempo) en el nuevo título de Super Mario Bros.

Detalles curiosos aparte, es hora de hablar del juego en sí. Presentaba un aspecto gráfico simple, con poco detalle y muy colorido centrado un poco más en el diseño de los personajes que en el mapeado, ya que era posible encontrar más formas, detalles y/o colores en un único personaje que en un nivel entero. Bastante simple considerando las posibilidades de la consola.

Las distintas melodías, hechas con los deliciosos 8 bits, eran pegadizas sin llegar a ser repetitivas, y la mayoría toques árabes como corresponde al transfondo de la historia. En la conversión a Super Mario Bros. 2, algunas fueron modificadas.osible encontrar más formas, detalles y colores en un personaje que en un nivel entero. Bastante simple considerando las posibilidades de la consola.

El juego ofrecía bastantes horas de entretenimiento, si bien podía hacerse repetitivo ya que completarlo requería de completar casa fase 4 veces (una vez con cada personaje) y puede convertirse en una tarea tediosa. Además, hasta que no derrotas a un jefe o pierdes todas tus vidas no es posible cambiar de personaje. La linealidad de los niveles, que apenas daba elección a segundos caminos y/o diversas maneras de abordar una situación no aportaba mucho a favor en este aspecto.

Sin embargo, para ser un videojuego diseñado originalmente para un evento en concreto (títulos como éstos suelen caer en el olvido) la calidad final del producto es más que aceptable, y es un producto muy recomendable para aquellos que, como yo, gusten de indagar en los orígenes de esta gran industria.

CHAMPIONSHIP RALLY

Publicado: 29/03/2011 de ruben88fisio en Conducción, Nintendo Entertaintment Sistem

7,5/10
«Rally del bueno a vista de pájaro»

Recuerdo este juego con un cariño muy especial ya que puedo afirmar sin miedo a equivocarme que, junto con el primer Mario Bros de la mítica NES, este Championship Rally fue uno de los primeros juegos que me mantuvieron pegado a mi antigua tele de tubo de imagen, 8 canales y sin mando a distancia que tantos buenos ratos me regaló. Championship Rally es un juego completo y divertido, toda una hazaña para su época, ya que salió en el año 1989, de la mano de HAL Laboratory, inc. y a día de hoy sigue siendo considerado como una joya por la cantidad de opciones de modificación sobre el coche que incluía, por su variedad, por su dificultad y sus cotas de diversión.

Lo primero que llama la atención de este juego es su modo de vista: la visión casi cenital que domina la imagen sirve para que tengamos un campo de visión relativamente amplio que se ve completado con las señales visuales que aparecen en pantalla cuando se aproxima una curva, a modo de copiloto. Sin embargo, esta cámara fija, le da un giro literal al sistema de control, ya que el coche comenzará siempre con el morro apuntando hacia la parte de arriba de la pantalla, sin embargo, en muchos momentos de la conducción, el coche estará conduciendo hacia abajo, con la consecuente confusión que provocará al tener los controles invertidos. El nivel de detalle es muy alto, presentando unos circuitos muy bien diferenciados dependiendo de la localización en la que se conduzca (11 paises distintos), con detalles tales que cuando conducimos por la región africana, el público es de color y cuando vamos al Rally de Montecarlo, son blancos. Todo un detalle. Esto se suma a la gran ambientación en forma de árboles, rocas, edificios, las vallas… una cantidad de elementos en pantalla que da muy buena sensación al verla aunque, dada la velocidad a la que se mueve el coche, es complicado fijarse en lo de fuera de la pista.

El sonido es prácticamente anecdótico ya que durante la carrera solo se escucha el ruido del coche, el chirrido de los frenos o algún que otro choque que tengamos, pero la música brilla por su ausencia, lo que ayuda a la concentración del piloto. En el menú si que suena una melodía, en 8 bits y con la calidad de la época, pero bastante pegadiza.

El juego nos da la posibilidad de embarcarnos en un Mundial que pasa por 11 paises en los que tendremos que conducir por varios circuitos de diversa dificultad en cada uno de esos paises. Al principio se nos muestran datos tan importantes como la hora del día, la longitud del circuito o el tiempo que hace, que será de vital importancia para ajustar nuestro vehículo, tanto el tipo de neumáticos, como el ajuste de motor y el tipo de tracción (todo un logro para la época). Comenzando la carrera veremos la velocidad que alcanza el coche y lo concentrados que tendremos que estar para no acabar empotrados en una valla, ya que el coche se va deteriorando con los choques y podremos llegar a perder la carrera si dañamos demasiado el coche. 
Los derrapes, las curvas cerradas y los saltos (sí, hay saltos) están a la orden del día en este juego que cuenta ya con 22 años a sus espaldas. Un logro, una joya, un juego muy recomendable.

Duck Hunt

Publicado: 01/03/2011 de ruben88fisio en Casual Game, Nintendo Entertaintment Sistem

7/10
«Como ese perro se vuelva a reir…»

La historia está harta de demostrarnos que para que un juego permanezca en el remanente de la memoria de toda una generación y sea recordado con cariño y nostalgia, no es estrictamente necesario que sea un gran juego o que tenga una gran historia o unos grandes personajes. Duck Hunt es uno de los máximos exponentes de esta teoría: Un juego de lo mas simple, incluso repetitivo, pero que contaba con dos argumentos muy positivos a su favor: La posibilidad de utilizar la «Nintendo Zapper» (una pistola de luz que se vendía conjuntamente con el videojuego) y, sobre todo, el perro, el maldito perro que, cual Pulgoso de «Los Autos Locos» se mofaba de nuestra mala puntería ronda tras ronda. Aquellos que contamos más de 20 años  a nuestras espaldas y que nos iniciamos allá por los 80 en esto de los videojuegos, recordamos con añoranza ese prado, ese perro de caza y esas tardes tirándole a los patos en la pantalla de nuestra vieja televisión sin mando a distancia. No siempre un juego bueno termina siendo un gran juego, sólo hace falta que tenga ciertos detalles que permanezcan en la memoria.
A nivel gráfico el juego no destaca especialmente ya que sólo existe un escenario: ese prado verde con el arbolito y ese arbusto que tanto nos estorbarán para disparar a los patos. El perro es el personaje principal y el que todos recordamos por su risa maliciosa cuando fallábamos y su cara de felicidad cuando le dábamos a algún pato. Los patos son todos iguales en su diseño pero varían en su color, para advertirnos de la diferente dificultad de cada uno de ellos.

El sonido es simple pero muy pegadizo, sobre todo la cancioncilla que ameniza la búsqueda del rastro de los patos por parte de nuestro inseparable perro al inicio de cada nivel. Aparte de eso, tenemos el sonido de nuestra pistola al disparar, la risilla del perro y el sonido de los incansables patos. Pocos y simples, pero no hace falta más.

En cuanto al juego, poco hay que explicar: somos el cazador y a disparar patos. En cada ronda tendremos la posibilidad de disparar a 10 patos, que saldrán volando de uno en uno o bien de dos en dos, dependiendo del modo de juego. Para acertar a cada pato, tenemos una recámara de 3 proyectiles, si el pato se va antes de que le demos o si gastamos los tres disparos, perderemos ese pato con la consecuente burla de nuestro perro. Conforme se va avanzando en los niveles, es necesario acertar a un número mayor de patos para psar al siguiente, además, la dificultad va aumentando ya que los patos son más rápidos y es más complicado darles, lo que implica un mayor número de puntos por acierto. Hay tres modos de juego: El simple, en el que los patos salen de uno en uno, algo más fácil. El doble, que implica que los patos vuelen de dos en dos, haciendo que el reto sea mayor. Y el modo C, en el que se sustituyen los patos por platos, haciendo el reto aún mayor por su mayor velocidad y su menor tamaño.

En definitiva, un juego simple y con una mecánica muy básica pero que todo el que lo haya jugado recordará con una sonrisa en la cara. Existe una leyenda urbana en la que se afirma que hay un momento en el juego en el que se le puede disparar al perro… yo lo intenté mil veces y no pude, si alguien sabe como, que me lo diga porque… Como ese perro se vuelva a reir…

10/10
«El nacimiento de una estrella… y una flor y un champiñón»

Para realizar mi primera crítica en este blog, era preciso escoger un
juego realmente importante para mí, uno que marcó (y sigue marcando) mi vida de una forma que ningún otro ha conseguido superar.

Y lo cierto es que ningún momento es mejor que éste, puesto que este mes cumplió 25 años de su salida en Japón. Y es que el 13 de Septiembre de 1985 vió la luz el que sería el mayor éxito de ventas del mundo: Super Mario Bros, que alzaría la consola NES por encima de todas sus competidoras de la época. El juego nos presentaba al joven fontanero Mario, el cuál debía salvar al Reino Champiñón de la amenaza de los terribles Koopa, expertos en magia negra que habían convertido todo el reino y sus habitantes en ladrillos y bloques. La única con el poder para salvarlos era la princesa Peach Toadstool, que había sido secuestrada por Bowser, Rey de los Koopa. Tras este planteamiento se nos presentaba el primer juego de plataformas de desplazamiento lateral de todos los tiempos, que se convirtió en un mito.

Y es que el juego contaba con todo lo que se podía esperar en la época, una música pegadiza a la par que simple (el juego apenas contaba con 7 u 8 melodías distintas), que ha quedado grabada en la mente de los fans, y que aún en los juegos más recientes se sigue editando y reutilizando sin que llegue a cansar jamás.

Los gráficos eran excelentes para la época, muy coloridos y singulares con un buen repertorio de elementos y personajes que contaban todos con alguna peculiaridad que los diferenciaba del resto.

El apartado jugable nos presentaba una acción rápida y una curva de dificultad casi perfecta, siendo los primeros niveles casi como un tutorial por su sencillez pero llegando a suponer un verdadero reto el llegar al final del juego, y es que caer al vacío o que los enemigos le tocaran una sola vez provocaba la pérdida de una de las vidas de Mario.

Diversos objetos le otorgaban a Mario nuevos poderes, como el de hacerse más grande y resistir un golpe más (Champiñón–>Super Mario) la habilidad de disparar bolas de fuego (Flor de Fuego–>Fire Mario) o invencibilidad temporal (Starman–>Star Mario) que hacían la aventura algo más fácil.

La duración del juego era muy buena, con 32 niveles diferentes a superar, para desbloquear luego un modo difícil que, si bien no cambiaba en absoluto la estructura de los niveles, si cambiaba los enemigos que nos encontrábamos por otros más fuertes doblando así relativamente la cantidad de niveles a superar a 64, una cifra soberbia.

El juego contaba con un modo para dos jugadores no simultáneo (Mario para el jugador 1, Luigi para el jugador 2) en el que ambos jugadores recorrían las fases por separado. Si uno de ellos perdía una vida era el turno de que el otro continuase desde lo dejó.

Todos estos aspectos conformaron un juego casi perfecto, cuyo único fallo era la imposibilidad de guardar la partida, lo cuál obligaba al frustrado jugador que muriese a reempezar todo el juego pues, si bien un conocido truco te permitía continuar desde el mundo en el que perdiste tu última vida, solo servía mientras la consola estaba encendida. Dejando aparte deste pequeño detalle, este juego es una obra maestra que debe estar en la memoria de todo aquel jugador que se precie, y con esto le brindo a este personaje que tanto ha significado en mi vida este sincero homenaje.