5’5/10
«En un futuro no muy lejano…»
El denominado como «El Metal Gear de Dreamcast» llegaba a PS2 a principios del año 2002 de la mano de Amuze (desconocida compañía sueca), tres meses después de aparecer en la defenestrada consola de SEGA. Headhunter nos pone en la piel de Jack Wade, un cazarrecompensas contratado por Ángela Stern, hija de Christopher Stern, para investigar la muerte de su padre. Christopher Stern era el director de la agencia ACN (Anti Crime Network), una agencia dedicada a controlar la proliferación criminal y de mafias en el extraño futuro que Headhunter nos plantea. Una extraña sociedad en la que la moneda de cambio es la donación de órganos, donde los criminales cotizan y donde las bandas de moteros abundan como las moscas en una barbacoa. Jack Wade era miembro de ACN, sin embargo, un incidente le hizo perder la memoria y fue expulsado de la organización. Tras salir del hospital, es contratado por Angela, que le encarga la investigación de la muerte de su padre en extrañas circunstancias. Jack volverá a encontrarse con antiguos conocidos y compañeros, que le ayudarán o le obstaculizarán su búsqueda, a la vez que va recuperando la memoria.
Tal y como habréis visto por la nota, en La Vida al Otro Lado no compartimos esa comparación que hacían con la obra de Kojima. Y es que comparar Headhunter con Metal Gear es, cuanto menos, intrigante. No existe ningún punto de conexión por el cual comparar a estos dos juegos en el plano jugable. Sí se les puede sacar cierto parecido en cuanto al planteamiento visual o «informativo» del juego de Amuze y Aklaim: Multitud de secuencias de video, la presencia de un radar sospechosamente parecido al Soliton de MGS, la similitud del reloj comunicador de Jack con el codec de Snake, las fases L.E.I.L.A, un calco de las VR Missions… Pero más allá de eso, son dos estilos de juego completamente distintos. Headhunter sienta su base jugable en una historia lineal, que nos va llevando de una misión a otra, tratando de desentrañar los misterios de la muerte del padre de Angela. Para ir de un punto a otro de la gran ciudad, contamos con una moto, que se mueve con relativa suavidad. De esta forma vamos avanzando por la aventura: Video explicativo – Moto – Llegada al lugar – Normalmente tiroteo (aunque de vez en cuando se puede recurrir al sigilo) – Algún que otro puzzle – Moto para el viaje de vuelta. Es un mecanismo relativamente simple y divertido durante un rato, sin embargo llega a ser repetitivo. No existe un componente de sigilo claro y más de una vez da la sensación de que no existe más que tirar de gatillo para salir airosos de la situación. El control resultaba tosco y no demasiado preciso. Un sistema de puntería automático servía para eliminar a los enemigos, al estilo Syphon Filter, la moto se hacía imposible de manejar a altas velocidades, aunque daba igual tener un choque frontal con un vehículo a 200Km/h ya que Jack seguiría con el culo pegado al asiento en todo momento.
Gráficamente el juego no es ninguna maravilla. Cierto es que desde el año 2002 ha llovido mucho, pero si tanto se jactaban de que era el Metal Gear de Dreamcast, deberían haber visto que Sons of Liberty tenía un nivel visual infinitamente superior (por aquella época, MGS2 ya hacía las delicias de los usuarios NTSC). Headhunter presenta unos modelados toscos y carentes de detalle, unas escenas de video algo más cuidadas pero no muy superiores a las que podíamos ver en los últimos juegos de PSX (juegos en los que las escenas de video no se hacían con el motor del juego, claro está). No todo es malo y sí es cierto que el juego presenta una distancia de dibujado amplia y ausencia de niebla cubriendo los horizontes (algo que se nota mucho en las fases en moto). La variedad en cuanto a los estilos arquitectónicos e interiores es bastante amplia, no tanto así en los PNJ y enemigos, algo repetitivos.
El sonido puede ser el apartado más destacable del juego. Una banda sonora variada, con melodías pegadizas y muy acordes con la acción que se sucede. Un repertorio de sonidos FX bastante amplio y que funciona bastante bien y unas voces (en inglés) que representan muy bien las emociones que los rostros aún no eran capaces de mostrar por aquella época.
Headhunter fue un buen juego para su época, eso sí, con una historia novedosa e intrigante firmada por Paul Verhoeven (Robocop, Desafío Total…) y buenas intenciones. Sin embargo, compararlo con Metal Gear fue más un lastre que otra cosa ya que como hemos dicho antes, poco tenía que ver con el gigante de Konami. Bebe de Resident Evil, Syphon Filter y alguno más, sin embargo, son muchos los fallos que lo hicieron alejarse de los Tops de la época: Escasa duración, IA enemiga dudosa, mal control, entorno gráfico poco cuidado…